Cuando todo lo que queda son recuerdos,
no hay opción.
Toca vivir con imágenes mentales,
que se esfuman
con el despertar de un ruido ajeno.
Toca vivir con intentos -a menudo- fallidos,
de no olvidar lo que aún conservas
de su voz.
Toca visualizar escenas, que ya vinieron
y se fueron. Y reconocer, que nunca volverán.
Toca revivir cada año una fecha
que dejó abierta una brecha
cada mes de Julio.
Toca aceptar que desde aquel momento,
nada volvería a ser lo mismo.
Que para bien,
o para mal...
Tu ausencia se convertiría en
p r e s e n c i a
cada nuevo día que amanecía.
Por vivir dentro de mi.
Por guiar mi camino.
Por someterme a mi destino.
Y no olvidarte jamás.
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